Antonia Orellana, ministra de la Mujer y Equidad de Género: “Equiparar las brechas de género en pensiones es una de las formas más efectivas de atacar la pobreza”
Los ajustes previsionales se complementarán con la Ley de Cuidados y la normativa sobre igualdad de remuneraciones en 2023, señaló la secretaria de Estado.
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Los bonos compensatorios para las brechas de género que contempla la reforma de pensiones del actual Gobierno son el segundo ítem de mayor costo para el nuevo Fondo Integrado de Pensiones (FIP) que se creará con la cotización adicional del 6%.
En entrevista con DF, la Ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, indica que este paso significa no sólo subsanar desigualdades muy antiguas en contra las mujeres. También, la iniciativa buscará “equiparar las brechas de género en pensiones, que es una de las formas más efectivas de atacar la pobreza, que se radicaliza en las mujeres mayores”, enfatiza.
“La equidad de género no es posible sin seguridad social”.
“No podemos igualar las edades (de retiro) sin que las mujeres vean primero un sistema de compensación”.
“Esto no es un regalo a las mujeres por galantería, es un reconocimiento a toda la evidencia que existe relacionada a la carga global de trabajo: trabajamos más horas y ganamos menos”, añade.
- ¿Lo que propone la reforma es sólo un primer paso entre muchos?
- Es mezclar las urgencias ciudadanas con las transformaciones de largo plazo. El Gobierno tiene previsto ingresar el próximo año el proyecto de ley para el Sistema Nacional de Cuidado, que apunta a uno de los motivos de fondo que causan la brecha (previsional): los cuidados como condicionantes para el desarrollo profesional y como asignación cultural estereotipada de género, que son uno de los fundamentos irracionales de la desigualdad salarial.
- La expectativa de vida seguirá aumentando para las mujeres ¿cómo se aborda esto a futuro?
- Por eso hablamos de mezclar la urgencia con los cambios de largo plazo. La corresponsabilidad es una agenda con la que el Gobierno está comprometido porque es de plena justicia. Pero, también tenemos que mirar a las familias reales del país, que, en su mayoría, son integradas por una mujer sola que no tiene con quién corresponsabilizarse.
En cuanto a los ingresos, junto a la ministra del Trabajo (Jeannette Jara) ingresaremos un proyecto que actualizará la normativa sobre igualdad de remuneraciones el próximo año, porque creemos que ya ha pasado un tiempo prudente como para evaluar su efecto.
Tablas unisex
- ¿Qué responde a la crítica sobre las tablas de mortalidad unisex en la reforma de pensiones, por el costo que tendrían?
- Es un costo importante, pero que vale la pena emprender porque las mujeres son la mitad de la población. El sistema (de pensiones) en régimen va a dar una pensión del 10% (de cotización vigente en gestores de inversión) y una pensión del 6% (en el FIP), que va a tener tabla de mortalidad unisex porque el FIP prohíbe la discriminación por expectativas de vida, ya que el Seguro Social repara eso. La pensión del 10% en capitalización individual va a tener tabla de mortalidad diferenciadas porque es propio de la lógica individual y porque efectivamente, es un hecho biológico que las mujeres vivimos más.
Sinceramente, la equidad de género no es posible sin seguridad social. Desde la lógica individual no funciona. Ahora, hay que considerar siempre la edad efectiva y no la legal, porque las mujeres en verdad están jubilando, en promedio por sobre los 62 años.
- Pero, los beneficios en la reforma se entregan a los 65 años, ¿no es contradictorio eso?
- No lo veo contradictorio en absoluto, porque la propuesta que hemos planteado al Congreso y al país contempla el mecanismo de ajustes paramétricos para poder enfrentar cambios futuros que ya están en curso, como el envejecimiento de la población. Y, además, contempla las formas para que esos ajustes paramétricos se discutan democráticamente y con responsabilidad.
- ¿Cómo la edad de retiro?
- No podemos igualar las edades sin que las mujeres vean primero un sistema de compensación de justicia por todo lo que pasó atrás. Las mujeres se retiran a los 62 años y, de hecho, siguen trabajando después en condiciones muy precarias. La prioridad es que las compensaciones por género equiparen la cancha para que luego pasemos a discutir el tema de igualar la edad.
- ¿Se pueden cargar esos problemas al sistema de pensiones?
Es imposible que una reforma de pensiones solucione males endémicos de nuestra sociedad y si intentáramos solucionarlos con la reforma nos dirían que somos maximalistas. Aún antes de la pandemia, nuestro país tenía una tasa de participación laboral femenina que estaba lejos de la de otros países, y era una de las más bajas de la región. Por eso estamos trabajando transversalmente.
Pronto, Codelco va a lanzar una propuesta muy ambiciosa de empleabilidad femenina, que va a reconfigurar la situación del desempleo femenino en la zona minera. Vamos a hacer lo propio con el desarrollo del hidrógeno verde y a continuar trabajando como Ministerio de la Mujer por modificar el paradigma de apoyo a la inserción laboral, el apresto y el fomento productivo para mujeres desde el Estado, para que pasemos del paradigma del micro emprendimiento precario, al de la inserción en cadena de valor. Eso es seguridad económica, no simplemente darle un fondo para que pueda emprender y luego decirle “suerte”.